Todo pasa por alguna razón, tanto lo malo como lo bueno. Y nos viene bien. Si te caes, aprendes a no caerte y te haces más fuerte ¿no? Cuando la gente te defrauda, para la próxima vez ya sabes en quien no apoyarte, en quien no confiar. Y las cosas malas hacen que les demos valor a lo bueno. Porque si todas las cosas que nos pasasen fuesen únicamente buenas, ¿cómo les daríamos importancia si lo tenemos siempre y no hay momentos en el que echarlo de menos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario