Hace tiempo que no le veo, y aún soy capaz de recordar el día en el que le dejé en medio de la carretera, bajo la lluvia. No sé si reirme por la cara que le dejé, o llorar por el daño que realmente me hice. Pero eso si, he estado mejor ahora que con las putas rayadas.
Su chaqueta continúa en el fondo de mi armario, siendo sincera no la he sacado ningún día. Es más, me olvidé por completo de ella. Hay veces que me agobio al saber que entre estas cuatro paredes ocurrieron muchas cosas de las que no volvi a hablar ni a recordar, pero que en el fondo no las he olvidado. De hecho estoy contenta conmigo misma, pude pasar de ello. Lo olvidé en el sentido de que no lo recordaba cada dos por tres, ni lloraba al recordarlo. Eso es un gran paso. He estado con mis amigos, he ido de fiesta, me han hecho reir a carcajadas, he bailado hasta quitarme los zapatos, y aun así continuaba haciéndolo. Hay días que de lo feliz que estaba, he pasado por aquel cruce y no me di cuenta. Otros, lo he recordado y decidía ir por otro camino, no quería verle. No me apetecía. Pero pasará o no por allí, yo iba cojida de la mano, o abrazada a otra persona, ya fuera una amiga o un amigo, pero siempre con una sonrisa. Su nombre ya no suena tan bien cuando hablan de él, ya no veo su imagen. Pero si soy capaz de acordarme de cada lunar suyo. De cada gesto de su cara. De cada chiste malo que me contó. De sus quejas cuando decía que no le escuchaba. De cuando se colocaba el pelo hacia un lado cuando le molestaba. Cabrón. Eso es lo que fue. Todas esas cosas ahora de que me sirven. Son estúpidos o increíbles recuerdos. Ya no lo sé. Fue una etapa alucinante, pero tuvo un final de mierda. Un final que no cuadraba, pero que algo a la fuerza lo hizo encajar. De todos modos, yo ahora siguo enfrente de la pantalla del ordenador, mirando fotos, escuchando música y ya no leos sus estados en el tuenti, ya no miro sus fotos. Es una persona que apareció en mi vida, me hizo feliz.
Su chaqueta continúa en el fondo de mi armario, siendo sincera no la he sacado ningún día. Es más, me olvidé por completo de ella. Hay veces que me agobio al saber que entre estas cuatro paredes ocurrieron muchas cosas de las que no volvi a hablar ni a recordar, pero que en el fondo no las he olvidado. De hecho estoy contenta conmigo misma, pude pasar de ello. Lo olvidé en el sentido de que no lo recordaba cada dos por tres, ni lloraba al recordarlo. Eso es un gran paso. He estado con mis amigos, he ido de fiesta, me han hecho reir a carcajadas, he bailado hasta quitarme los zapatos, y aun así continuaba haciéndolo. Hay días que de lo feliz que estaba, he pasado por aquel cruce y no me di cuenta. Otros, lo he recordado y decidía ir por otro camino, no quería verle. No me apetecía. Pero pasará o no por allí, yo iba cojida de la mano, o abrazada a otra persona, ya fuera una amiga o un amigo, pero siempre con una sonrisa. Su nombre ya no suena tan bien cuando hablan de él, ya no veo su imagen. Pero si soy capaz de acordarme de cada lunar suyo. De cada gesto de su cara. De cada chiste malo que me contó. De sus quejas cuando decía que no le escuchaba. De cuando se colocaba el pelo hacia un lado cuando le molestaba. Cabrón. Eso es lo que fue. Todas esas cosas ahora de que me sirven. Son estúpidos o increíbles recuerdos. Ya no lo sé. Fue una etapa alucinante, pero tuvo un final de mierda. Un final que no cuadraba, pero que algo a la fuerza lo hizo encajar. De todos modos, yo ahora siguo enfrente de la pantalla del ordenador, mirando fotos, escuchando música y ya no leos sus estados en el tuenti, ya no miro sus fotos. Es una persona que apareció en mi vida, me hizo feliz.
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